Cuando decidimos tener un hijo no nos planteamos más. No sabíamos si tendríamos uno o dos o…
Cuando nació nuestra hija nos sentimos totalmente desbordados. Nadie nos había dicho que la maternidad/paternidad fuese tan dura. Era tremendamente demandante y no llegábamos a darle todo lo que necesitaba. La gente nos culpaba por haberla acostumbrado a ser así, y nosotros no sabíamos cómo hacerlo. En ese momento conocimos las características de los bebés de alta demanda, y de pronto todo encajó. Nuestra hija se ajustaba completamente y aunque seguía siendo igual de demandante, respiramos aliviados al saber que nosotros no eramos los culpables de su forma de ser, sino que ella era así porque era su personalidad.
Esto nos hizo llevarlo un poquito mejor pero aún así siguió siendo muy duro. La etapa de bebé con sus inconsolables llantos, la etapa de un año con sus frustraciones por no poder hacer todo lo que quería, la etapa de los dos y sus famosas rabietas, que en nuestro caso fueron tremendas, la etapa de los tres que siguió con rabietas muy intensas, con muchos miedos, «manías».
Todo esto hacía que el día a día resultase muy agotador. Tanto que en ningún momento se nos pasaba por la cabeza tener otro hijo. Es que simplemente no nos veíamos capaces. Terminábamos cada día exahustos. Era impensable.
Así llegamos a los 3 años de mi hija y teníamos la vida más o menos organizada. Seguía siendo todo muy intenso, muy extremo, pero sabíamos manejarnos mucho mejor.
En ese punto mi hija un día me preguntó: ¿Cuándo vas a tener un bebé en tu barriga? Y yo me quedé sin palabras, pensando cómo iba a explicarle que eso no iba a pasar. Le contesté algo vagamente sin mucho sentido y cambie de conversación. Pero si una cosa tienen los niños de alta demanda es que son muy persistentes, y me repitió la misma pregunta día tras día, y poco a poco fue calando en mi interior.
Llegó un día en el que ya no me pareció tan descabellado y empecé a pensar en los pros y los contras, todo muy racional. Y de repente ese reloj biológico que tenemos todas las mujeres y que había permanecido dormido durante tres años se despertó con una fuerza increíble. Y ahí lo tuve claro, ya no era algo racional, lo sentía dentro, sentía como si me estuviese llamando alguien con una gran fuerza.
Alguna vez he oído que los hijos nos escogen antes de nacer. En ese momento yo sentí que mi hijo me estaba escogiendo para que fuese su madre. Es más, en el momento en que lo tuve claro mi hija dejó de preguntar. A veces pienso que ella me ayudó a estar preparada para volver a ser madre, y que estaba compinchada con su hermano.
A los dos meses estaba embarazada. Tuve un embarazo complicado que me obligó a estar de reposo y ahí ya mi hija empezó a perder un poco de la atención exclusiva que había tenido hasta ese momento.
Después nació su hermano y toda nuestra vida, nuestras rutinas se pusieron patas arriba.
Adora a su hermano, pero ha tenido que ceder mucho espacio, ha perdido muchas cosas y ya no nos manejamos tan bien como antes. Ahora estamos viviendo su alta demanda llevada a un grado extremo. Se nos ha vuelto a complicar la vida como al principio.
Pero merece la pena. Verles juntos, ver cómo se miran y cómo juegan es lo mejor.
Puede que todos hayamos perdido un poco la tranquilidad que habíamos conseguido, pero hemos ganado mucho más. Mi pequeñín nos está aportando muchísimas cosas positivas, y me alegro de que mi hija fuese tan insistente para conseguir ser uno más en la familia.
todo lo que cuentas me suena tanto… mi hija tiene casi cuatro años y cuando cuentas vuestra historia es como si contaras la nuestra. ahora tenemos un bebé de tres meses y la mayor está muy alterada. la situación nos desborda y creo que me arrepiento un poco de haber tenido otra hija.
no sé cómo manejarme para poder atender las demandas de las dos. menos mal que la peque aguanta bastante entre tomas y hace siestas largas!
ya veremos cómo pasamos esta etapa.
te admiro por poder sacar tiempo hasta para escribir un blog. yo llevo dos meses sin limpiar la casa 🙁
leerte me hace setir acompañada en esta odisea, gracias.
Nayra, te mando un gran abrazo virtual.
Atender a una niña demandante y a un bebé puede resultar muy duro a veces, y entiendo perfectamente cómo te sientes, pero ya veras que cuando empiecen a interactuar entre ellos se te olvidan los malos momentos.
El hacer más o menos cosas es cuestión de organizarse un poco, de tener paciencia y de ser flexible.
Mucho ánimo.
En mi caso, hay algo seguro… no quiero mas bebes, no se si mas adelante se despierte mi reloj biologico como le paso a Monica… pero hoy, con mi hija de 15 meses, lo considero completamente descabellado jeje
Seguire leyendo este tipo de experiencias, a ver si acaso me animo en un futuro…
Jeje, con 15 meses yo no tenía tiempo ni de pensar. Cuando alguna amiga me decía que estaba nuevamente embarazada, pensaba: ¡Está loca!Es imposible.
Pero claro sus hijos mayores no eran de alta demanda.
Qué historia tan bonita, Mónica. Siempre se ha dicho que los niños necesitan hermanos, pero yo creo que los padres también necesitan más de un hijo porque si no, se vuelven un poco «tontos» y piensan que su bebé es el mejor o el peor del mundo, según el caso. Y no es así.
Yo creo que otros hijos te ayudan a tener otra perspectiva de la realidad, de la vida, de la infancia y eso siempre es bueno. Ver las cosas desde otro punto de vista. Aunque en ocasiones te complique la vida hasta límites insospechados…pero como tú dices, merece la pena!!
Nosotros sólo tenemos una niña porque, de momento, no nos vienen más, pero estaremos encantados si esto se produce. Por duro que sea, porque con la primera lo está siendo, ahora menos, pero al principio fue durísimo. Pero en la vida todo pasa y dentro de unos años recordaremos estos momentos con cariño y con nostalgia. Los hijos son una bendición y nos ayudan a crecer como personas. El crecimiento personal nadie dijo que fuera fácil…je, je..
Felicidades por esos dos hijos maravillosos y por escuchar a tu hija en sus necesidades siempre.
Un abrazo y gracias por compartir tus siempre interesantes experiencias.
Raquel
Raquel, es verdad que los hijos nos ayudan a crecer como personas, y creo que tener varios hijos nos aporta mucho a toda la familia, aunque tengamos días duros.
Un abrazo.
Hola acabo de descubrir tu blog. Todo lo que escribes es como yo lo escribi hace poco en un diario que escribo para mi hija. Mi primer hijo (5 Anos y medio) es de alta demanda desde bebe y como bien dices pensar en el segundo era “imposible“ aun con nuestra crianza con apego seguia y sigue aun con las caracteristicas que mencionas y al cumplir 3 anos de repente le nacio el deseo y el hizo realidad la llegada de su hermanita ( identico a tu relato)… mi nina cumplio su primer anio y aunque ella es muy activa, juguetona y con mucha energia me queda claro que ella no es de alta demanda pero atender bb y nino demandante es AGOTADOR Y EXTREMO la unica ventaja es que ya voy superando poco a poco las etapas y la ventaja que se llevan 4 anios y medio..
saludos
Lucelly me han dado escalofríos de leer tu historia tan similar a la mía. Es que incluso se llevan los mismos años entre ellos.
Y comparto contigo en que atender a una niña de alta demanda y a un bebe es extenuante.
Un abrazo y bienvenida.
no me lo puedo creer…es cómo si yo misma escribiera todos estos comentarios…mi hijo acaba de cumplir los 3 años y tb es un niño muy demandante, no se hasta que punto…sólo se que no conozco ningún caso cercano pero que el mio…estoy destrozada, física y mentalmente, aunq es cierto que hay días y días. Ahora todo el mundo empieza a decirme que ya es hora de darle un hermanito…no saben la realidad de mi día a día…ni se lo imaginan, esto hay que vivirlo, pero curiosamente mi hijo también ha empezado a preguntarme que cuando vamos a tener un bebé… hace unos meses ni me lo planteaba pero desde que él me lo pregunta…no se… ya no lo tengo tan claro y después de leeros mucho menos, asi que igual es cuestión de ver el lado positivo que todas vosotras comentais y esperar que el segundo bebé sea…como la mayoría de los bebes al menos.
María José, si ya no lo tienes claro es que tu parte racional está dejando paso a tu parte emocional y en estos casos creo que esa parte es más poderosa.
Ahora mismo mi peque ya tiene un año y hay días muy difíciles, pero ellos cada día son más complices y juegan más.
Seguro que el corazón te llevará a tomar la mejor decisión.
Un abrazo.