A menudo veo en mi entorno expresiones de la gente que denotan que no les gusta cómo hago las cosas con mis hijos.
Que si no les riño cuando hacen algo «mal», es porque soy una madre permisiva.
Que si no elevo el tono de voz cuando hablo con ellos, no estoy siendo firme.
Que si les dejo hacer «todo» lo que quieren, no les estoy enseñando bien.
Pero eso no es verdad.
Cuando mis hijos se comportan de manera inadecuada, les explico porqué tienen que cambiar esa actitud y tengo en cuenta que lo primero es el respeto hacia todo el mundo, incluídos ellos.
Pero lo hago en un tono de voz normal, calmado (siempre que puedo) y eso hace que ellos me escuchen más relajados y con más predisposición, ya que los gritos y las malas maneras no son bien aceptadas por los niños de alta demanda, cosa que me parece estupenda ya que nunca deberíamos hablarnos a gritos.
Tampoco les dejo hacer lo que quieran, pero sí les dejo cierto margen para que puedan actuar, dentro de los límites de la seguridad, porque creo que tienen derecho a elegir en muchos aspectos de su vida.
Así que quien piense que soy una madre permisiva yo le diría que para nada, solo trato a mis hijos como personas, como me gustaría que todo el mundo me tratase a mí y hago las cosas un poco diferentes a la mayoría de la gente.
Por suerte poco a poco las cosas van cambiando y somos cada día más las mamás que creemos que las cosas se pueden hacer de otra manera.
Y por suerte hace tiempo que dejó de importarme lo que la gente piense de cómo educo a mis hijos y sólo me preocupa que ellos se sientan bien.
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Muy bien dicho Monica!!! Asi mismo es…
Gracias Yubari!!
Así nos va…Soy licenciada en Pedagogía y he trabajado con muchísimos niños y adolescentes. Bajo mi experiencia puedo decir que se ha perdido el respeto a los padres totalmente. El intentar explicar todo a los niños,justificar siempre porqué tomamos una decisión o otra sólo hace que los niños crezcn pensando que todo va a ser amable y maravilloso, de manera que creamos adultos que tendrán una baja tolerancia a la frustración. Hay que ser firmes cuando castigamos,hablar con firmeza y seriedad,los niños deben entender que si hacen algo mal eso tiene consecuencias directas…el ser tan democráticos como padres puede parecer «guay»…pero no hace más que consentir a los niños de manera encubierta.Hay que ser más firmes y duros sin llegar obviamente al autoritarismo.
Marta es tu opinión y la respeto pero yo pienso de manera diferente, y mis hijos sí me respetan. Una cosa no quita la otra.
Un abrazo
Mónica