Una de las cosas que diferencia a los niños de alta demanda del resto de los niños es la necesidad casi constante de contacto físico (las 24 horas del día) y de estímulo.

 

Si les falta el contacto físico se ponen muy nerviosos, sienten angustia e inseguridad.

 

Si les falta el estímulo se aburren, se vuelven apáticos o todo lo contrario demuestran un exceso de energía y una cierta agresividad.