Hoy te voy a contar tres errores en los que las mamás de niños de alta demanda solemos caer fácilmente y que nos hace ver las cosas peor de lo que realmente son. Vamos a verlos con detenimiento para ver cómo solucionarlos.
 
Error 1: Comparar a tu hijo con otros niños
Tu hijo es único con unas características únicas que lo hacen especial. Cada niño es diferente y necesita cosas diferentes. No te sientas mal porque Pepito duerme un montón o porque Jaimito juega solo durante una hora. Tu hijo no necesita dormir tanto y te necesita a su lado mientras juega. En lugar de compararle, sé consciente de sus maravillosas cualidades, enfócate en ellas y potencialas.
 
Error 2: No tener en cuenta las necesidades de tu hijo. 
Los niños de alta demanda necesitan más contacto físico, más presencia, más brazos, más de todo. Si no cubres sus necesidades, sus demandas van a aumentar para conseguir satisfacer sus necesidades, pues para ellos es algo vital. En lugar de eso, estate atenta a sus demandas, escúchale, obsérvale y  dale todo lo que necesita. No estamos hablando de caprichos si no de necesidades.
 
Error 3: Pensar que tu hijo tiene extrañas manías
Lo que para ti pueden parecer manías para él no lo son. La alta sensibilidad sensorial que poseen les hace sentir las cosas de manera mucho más intensa. Oyen más, huelen más, notan más los sabores de los alimentos y medicinas, ven detalles que a tí te pueden pasar desapercibidos y en definitiva sienten todo mucho más. Así que cuando le veas reaccionar de un modo extraño, por ejemplo al ponerse una prenda nueva, no pienses: ¡Ya está otra vez con sus manías!, en lugar de eso ten presente su hipersensibilidad, entiéndela y acéptala.