Este último año ha sido un año de cambios y de mucha evolución, y sobre todo durante estos meses de verano el cambio se ha hecho más evidente. Es por eso que me gustaría actualizar mi historia, que fue el primer post que escribí hace algo más de tres años y puedes leer aquí y ver cómo ha sido nuestra evolución.
Así que hoy te voy a contar mi historia, tres años depués de empezar esta gran aventura que es Crianza de Alta Demanda.
Hace 3 años me convertí en madre por segunda vez y ahí pude comprobar la diferencia entre mis hijos y pude apreciar claramente las diferencias que hay entre los niños de alta demanda y los que no lo son.
Los primeros meses lo tenía claro pero luego he de reconocer que no tanto. El peque fue aumentando poco a poco en intensidad, llegando a picos impensables, así que en algunos momentos he pensado que él también era de alta demanda solo que en su caso no se manifestó desde el primer día. Estas conclusiones fueron fruto del agotamiento del día a día y que iban en contra de mis propias palabras: Siempre digo que un bebé de alta demanda lo es desde que nace y que si dudas es que no lo es, pero ya sabeis que en casa de herrero, cuchillo de palo y yo con el peque muchas veces he dudado.
Ahora definitivamente y con mayor claridad mental, viendo su historia particular y la evolución de ambos puedo decir con seguridad que mi hijo pequeño no es de Alta Demanda, aunque su intensidad en muchas ocasiones sea superior a la de su hermana.
Es un niño muy demandante e intenso y sensible, pero a la vez más manejable, más fácil de tratar. Realmente ponerlo en palabras es bastante más difícil que vivirlo. Es sociable desde bebé, risueño, si tiene sueño se duerme y tiene picos de sobreexcitabilidad como la mayoría de los niños.
Mi hija es de Alta Demanda desde que nació y hoy con 8 años lo sigue siendo. De bebé no era sociable, solo quería a mamá, no dormía nunca tuviese o no tuviese sueño, ahora duerme pero no concilia el sueño con facilidad, de hecho la hora más difícil del día es la hora de acostarse ya que todos los días invariablemente a esas horas se sobreexcita y eso dificulta la transición a la siguiente fase o sea: dormir.
Su intensidad es continua, pero eso ahora en muchas ocasiones podemos hacer que juegue a nuestro favor. Se está convirtiendo en una persona increíble cuyas características se van transformando para sacar lo mejor de ella. Detrás hay un gran trabajo personal suyo y también mío, en el que a veces tenemos dudas, otras metemos la pata, mucho ensayo y error. También hay muchas lecturas, mucho aprendizaje: cursos, talleres, formaciones…..mucho camino recorrido para llegar a donde estamos hoy: SATISFECHOS del recorrido, sabiendo que este es un largo camino y que tiene la mejor recompensa: acompañar a mi hija para que descubra sus mejores cualidades y pueda desarrollarlas plenamente.
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