En el libro «Tu hijo, tu espejo«, Martha Alicia Chávez nos habla de los hijos oasis y los hijos maestro.

Los hijos maestro son los que te hacen leer, cambiar tus ideas, tu forma de ver y de vivir la vida, los que te hacen cuestionarte todo lo que sabías hasta  ese momento. Te obligan a reeducarte, a crecer como persona, como madre. Por el contrario los hijos oasis, son esos hijos más fáciles de criar.

Yo tengo la suerte de tener a mi hija de casi 5 años que es mi gran maestra. Ella me ha enseñado todo lo que se y todo lo que soy. Me ha hecho replantearme y aprender sobre muchas cosas: lactancia, colecho, porteo, alimentación complementaria, crianza, educación… Nada de lo que antes sabía me ha servido con ella y he tenido que leer, investigar, mejorar mi actitud, cambiar mis hábitos, cambiar mi vida. Gracias a ella he descubierto una vida más plena, más intensa, he aprendido a mirarla con sus ojos y el cambio ha sido espectacular. Ahora disfruto de las cosas mucho más y me siento más realizada. El día a día es agotador, pero sin duda merece la pena.

Para completar mi vida, hace 5 meses nació mi bebé. Él no es tan intenso como su hermana (aunque cada día lo es más) y a él le considero mi hijo oasis, no porque sea más fácil de llevar si no porque con él estoy disfrutando muchísimo de esta primera etapa que con su hermana fue mucho más difícil y no pude/supe disfrutar. Realmente me siento muy afortunada de tener una hija maestra que me ha abierto los ojos a una vida nueva, y un hijo oasis que equilibra un poco la elevada intensidad de su hermana.

 

Te dejo el enlace al blog de Priss Gonzalez, Aprendizaje SUPRAescolar, donde publiqué este artículo originalmente como escritora  invitada.

 

Espero que te guste.