El otro día leí un artículo en el que comparaban dos series de dibujos animados muy diferentes y muy habituales en los niños: Caillou y Bob esponja. Aquí puedes leer el artículo completo.
La conclusión del artículo es que los dibujos de Bob esponja tienen un efecto negativo en los niños menores de 4 años. Pueden provocar impulsividad y déficit de atención.
Si los analizamos con calma podemos ver grandes diferencias entre estos dos dibujos:
CAILLOU
– Las conversaciones son pausadas, casi lentas.
– El tono de voz de los personajes es tranquilo y bajo, a excepción del tono del propio Caillou que es un poco más estridente.
– Las expresiones que utilizan son agradables.
BOB ESPONJA
– El ritmo de la conversación es rápido.
– Los personajes tienen todos una voz estridente y además hablan muy alto.
– Las expresiones que se utilizan son más fuertes.
En definitiva, los dibujos de Caillou invitan a verlos sentados en el sillón tranquilos mientras que los de Bob esponja resultan más estimulantes y agresivos.
Los niños de alta demanda son ya de por sí bastante nerviosos así que conviene tener cuidado cuando les sometemos a según qué estímulos que pueden hacer que nuestro niño se altere aún más.
Este tema lo veo aplicable incluso a nuestra manera de hablar a los niños. Si usamos un tono de voz alto, o les instamos a hacer las cosas de una manera rápida obtendremos peores resultados que si les hablamos de una manera más tranquila y les proponemos las cosas con calma.
En la comunicación con tus hijos intenta parecerte más a Caillou y menos a Bob esponja.
Sí, pero no. Estoy de acuerdo en hablar a los niños, a todos en general, de forma pausada y sin meterles prisa ni causarles nerviosismo innecesario. Pero que eso implique recomendar unos dibujos por encima de otros me parece una generalización peligrosa. Precisamente Caillou no gusta a muchos niños por tener como objetivo principal disciplinarlos. En la mayoría de los capítulos hay una tan clara moraleja disciplinaria que creo que provoca rechazo en muchas mentes infantiles, sobre todo a partir de cierta edad. A determinados padres, ni siquiera nos hacen un favor estos dibujos, pues los criterios de crianza y educación en multitud de casos responden demasiado a una autoridad vertical y a criterios tradicionales que no casan con su propia concepción.
Sin embargo, Bob Esponja es otro mundo, sobre todo para los niños. Si es que queremos ver más allá de las apariencias. A mí me costó, tengo que admitirlo. La variedad de situaciones sociales, el sentido del humor, el lenguaje tan rico, la imaginación tan desbordante y la personalidad tan marcada y variopinta de los personajes, marca una diferencia considerable para los niños. No en vano, la mayoría de los niños preferirán a Bob en vez de a Caillou, y no es sólo por el ritmo de la acción o el volumen en que se desarrolla. Ellos saben con qué su mente se expande y con qué su mente se queda en los recovecos repetitivos de lo que ya tantas veces oyen en casa, con la abuela y en el colegio.
La sola posibilidad de que Bob y sus amigos puedan cambiar su forma física a voluntad según lo que sientan, con unos cambios que no saben de límites físicos según el mundo real, supone un nivel de expresividad que un buen gourmet de este sentido puede apreciar de verdad, como sin duda lo son los niños.
Silvia estamos de acuerdo en mi conclusión del artículo que es el hablar a los niños con tranquilidad. Yo no recomiendo unos u otros, sino que me remito al estudio del artículo y de ahí salió mi reflexión.
En nuestro caso a mi hija le han gustado mucho los dibujos de Caillou, y a mí no me parecía mal. Los de Bob esponja no me gustaban por el bullicio porque realmente nunca me había sentado a verles y en mi casa no se veían pero sí en casa de los primos y a mí semejante escándalo me aturdía. Ahora mismo mi hija sí que ve Bob esponja, claro que ya tiene 6 años y en el artículo habla de niños menores de 4 años para los que yo creo que ese ritmo puede ser menos adecuado que Caillou o que otros de ese tipo en cuanto a tranquilidad.
Espero haberme explicado 🙂