El papel de los muñecos en la educación de nuestros hijos

Comenzamos con una nueva colaboración en el blog en la que hablaremos de los grandes beneficios del juego y de los juguetes y de cómo son imprescinidbles para el aprendizaje de los niños

Muchas veces no nos damos cuenta de que los juguetes de nuestros hijos, especialmente los muñecos, pueden ser una gran herramienta educativa, con los que fomentar el desarrollo de habilidades esenciales para la vida diaria, y que puede abrir todo un nuevo mundo de experiencias tanto para ti como para tu hijo.

Y que es que, aunque no lo parezca, las muñecas pueden convertirse en una auténtica escuela. Existen muñecas de todas las clases, en todos los colores, formas y tamaños. Con ellos, los más pequeños podrás desempeñar roles con los que aprenderán nuevas y más positivas formas de comunicación, ayudándoles en su desarrollo social y educativo.

El juego es la base del aprendizaje, especialmente en las edades más tempranas, y darle a tu hijo algunos muñecos y juguetes básicos cuando son pequeños puede proporcionarles un amplio abanico de oportunidades de aprendizaje. Y es que es precisamente jugando como los niños empiezan a entender y procesar su entorno.

Los juguetes y muñecos amplían la creatividad e imaginación de los pequeños de la casa, además de desarrollar otras habilidades como el pensamiento o la capacidad para resolver problemas, y desarrolla aun más sus habilidades motoras.

Particularmente con los muñecos, los niños recrean e imitan aquello que ocurre en su vida cotidiana, utilizando incluso las frases y palabras que escucha en su entorno. Y es que no es raro ver a cualquier niño hacer de mamá o papá, incluso de doctor o profesor, con sus muñecos, repitiendo aquello que vive en su día a día.

Todo esto inculca en los pequeños una serie de valores imprescindibles para su desarrollo personal y social, tales como la amistad, el amor o la responsabilidad, ya que en muchas ocasiones ese muñeco se convierte en un hijo o un alumno del que los niños son responsables.

No hay que olvidar el poder del juego como valor educativo en el día a día de los niños, fomentando un entorno en el que puedan jugar y desarrollar todas sus capacidades y habilidades.