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El otro día leí un artículo que daba una serie de ideas para volver a conectar con tu hijo.

 

Al leerlo me dí cuenta que yo antes estaba mucho más conectada con mi hija que ahora. Con el nacimiento de su hermano, mi atención se ha tenido que diversificar y creo que nos hemos desconectado un poco.

 

Seguí pensando y llegué a la conclusión que hemos tenido épocas de estar muy conectadas pero también otras de no estarlo debido a su elevada intensidad y a mi agotamiento por no llegar a atender a todas sus necesidades.

 

Los bebés y niños de alta demanda pueden resultar agotadores debido a sus características. Por eso a menudo puede pasar que perdamos el norte y nos desconectemos de ellos. El agotamiento puede hacernos funcionar en automático sin pensar si quiera lo que estamos haciendo. Intentar conectar con ellos nos dará otra perspectiva que seguro que hará nuestro día a día mucho más gratificante tanto para nuestros hijos como para nosotras.

 

Las ideas que daba eran muy sencillas, pero que a veces se nos olvidan por las prisas, el estrés, los nervios, las culpas.

 

Algunas de ellas eran éstas:

 

– Haz contacto visual: los bebés y los niños se sienten seguros y felices cuando les miras de verdad.
– Desconecta y sintoniza: apaga todo lo que te pueda desconcentrar: el móvil, la televisión y  céntrate en tu hijo. Lo que sea que vayas a hacer con él, hazlo con todos los sentidos.
Juega: tírate al suelo, juega a sus juegos, con sus reglas, y disfruta.
Colecha: duerme con tu hijo, disfruta de ese momento antes de dormir cuando todo está tranquilo.
Acurrúcate con él: y aprovecha para leer, hablar, sentir.
– Haced una guerra de almohadas, haceros cosquillas, reíros.
Haced cosas juntos,  lo que se te ocurra: cocinar, doblar ropa, pasear.

 

Todas estas cosas se pueden hacer cada día y hacen que el vínculo con nuestros hijos sea más fuerte, que estemos conectados.
Ellos se sentirán mejor y nosotras estaremos más tranquilas para afrontar el día a día