Hoy os presento a Miriam Escacena, al frente de Comunicación con bebés y el blog Mi lunita y yo que viene a hablarnos de la comunicación gestual infantil.
Hola Mónica!!
En primer lugar agradecerte de corazón la oportunidad de escribir en tu casa para tus lectores, me hace muchísima ilusión.
Desde que nació mi pequeña quise disfrutar por todo lo alto de su crianza y de esta época tan bonita junto a ella, por lo que practiqué con ella todas las formas de estimulación a mi alcance: desde el contacto de la lactancia, el colecho y el porteo, pasando por la matronatación, la música, la danza.. Creo que son experiencias muy enriquecedoras para ambas partes que además sellan el vínculo de una forma muy especial.
Cuando tenía alrededor de un año descubrí que existía una técnica para poder comunicarse con bebés antes de que desarrollaran el habla. Al principio me pareció poco creíble, pero como me gusta probar todo por mi misma antes de opinar sobre algo que no conozco empecé a enseñarle algunas palabras a mi pequeña, fundamentalmente relacionadas con las rutinas y necesidades básicas: leche, comer, dormir, bañarse..
Cuál fue mi sorpresa cuando a la semana de hacerle el signo de “baño” mientras repetía la palabra ella solita se iba corriendo al cuarto de baño disfrutando de alegría y pidiendo ayuda para quitarse la ropa.. Aunque ella no podía repetir la palabra entendía perfectamente lo que yo le estaba diciendo y me repetía el signo con sus manitas.. la sensación fue increíble!!
Eso me motivó muchísimo a seguir investigando y aprendiendo la técnica del “baby signs language”, que poco después me enteré de que tampoco se trataba de una moda o un desabrimiento reciente, ya que las primeras investigaciones tuvieron lugar en EEUU en la década de los ochenta, hace más de treinta años!!! Lo que no terminaba de entender es por qué todavía no se conocía en España, ya que creo que a todos los padres se les debería brindar la experiencia de probarlo con sus pequeños.
Finalmente, decidí certificarme como instructora y aportar mi granito de arena en su difusión, así fue como lancé la web Comunicación con bebés y empecé a dar charlas, cursos y talleres.
Para mí, lo más sorprendente de todo esto es que los beneficios de esta técnica no acaban cuando los bebés comienzan a hablar. Hoy en día mi hija tiene tres años y medio y los signos nos sirven para introducir palabras en inglés, ya que hacen de traductor, así como para contar cuentos captando mucho más su atención, así por ejemplo antes de pasar la página le digo “que viene el..” y le hago el signo de “lobo”, ella se siente mucho más participativa en el cuento y su atención es mucho mayor. Podéis encontrar algunos ejemplos de cuentos de mis compañeras instructoras de Cincodeditos, como por ejemplo estede mi compañera Cristina de A Coruña, y muchos más vídeos de esta fascinante técnica en el canal Youtubede Cincodeditos, como estede un bebé de 15 meses haciendo más de cien signos con sus manitas!
Durante este tiempo he aprendido que los signos nos sirven para desarrollar las todas las inteligenciasde las que nos hablaba Gardner, y además estimulan sobre todo el aprendizaje kinestésico, ya que se hacen con el propio cuerpo y son difíciles de olvidar, y mi siguiente reto será enseñarle el alfabeto para trabajar el inicio de la lectoescritura.
Si queréis saber más sobre los babysignos os invito a investigar y probar por vuestra cuenta, y si queréis aprender no dudéis en asistir a una charla o taller, espero que la experiencia os resulte tan fascinante como a mi.
Gracias a todos
Miriam Escacena
Instructora Independiente Baby Signos Programa Cincodeditos®
Instructora de Porteo con la Escuela Llévame Cerca
@5deditosmiriam
Cuando hicimos el curso de signos para bebés cuando mi hija tenía 7 meses cambió nuestra percepción de la comunicacion con ella. No solo porque ella pudiera expresar lo que pensaba ttambién porque sabiamos que, aunque no hablara, nos entendía. Debería estar más extendido en España y ninguna familia debería perder la oportunidad de comunicarse con su bebé aun siendo pequeñín. Marta
Gracias! La probabilidad de hacer mal se encuentra cien veces al día; la de hacer bien una vez al año.