El otro día terminé de leer el libro: «Cómo hablar para que sus hijos le escuchen y cómo escuchar para que sus hijos le hablen«.
Uno de los capítulos que más me impactó fue el titulado: «Cómo huir de los encasillamientos». En él habla de cómo sin darnos cuenta y sin intención de hacerlo, ponemos etiquetas a nuestros hijos: «Mira que eres torpe», «Eres un pesado», «Podías ser más ordenado»…
Los últimos días he recibido bastantes correos de mamás que al leer alguno de los artículos del blog me dicen que su hijo es de alta demanda.
El capítulo del libro y los comentarios de las mamás me han hecho reflexionar mucho. Yo no quiero etiquetar a mi hija como una niña de alta demanda, ni quiero que tú lo hagas con tu hijo.
La definición de alta demanda y sus características debe servir para que veas que tu hijo es normal, que tiene una personalidad determinada con unas características concretas, y que no lo estas haciendo mal. Quiero que cuando leas el blog y te des cuenta de que tu hijo es de alta demanda, lo que hagas sea alegrarte por saber que no pasa nada, que hay muchos niños como el tuyo y te centres en el día a día, en darle lo que necesita, sin encasillarle en un par de palabras que no reflejan todo lo que tu hijo es.
Las etiquetas no son buenas para tus hijos. Condicionan la imagen que el niño tiene de sí mismo y hace que actúen según la etiqueta que le pongas.
El libro propone una serie de tácticas que podemos usar para liberar a nuestros hijos de los encasillamientos:
– Buscar oportunidades para mostrarle una nueva imagen de si mismo.
– Ponerle en situaciones en las que pueda verse de otra manera.
– Intentar que te oiga cuando digas algo favorable sobre él a otra persona.
– Ejemplificar el comportamiento deseado.
Así que intenta no dirigirte a tu hijo como muy intenso, absorbente, hiperactivo, insatisfecho, demandante, hipersensible, porque tu hijo actuará como tú esperas que lo haga.
Que estas características te sirvan solo para conocer mejor a tu hijo, no para encasillarlo.
Buscaré este libro, gracias por hablar de él ya que no lo conocía. Justo el otro día tuve una conversación en un grupo sobre este tema, y ahí está la dificultad, que es algo que se dice sin maldad y sobre todo sin darnos cuenta muchas veces lo que implican nuestras palabras. Un abrazo!
Zulema te recomiendo el libro, es de los mejores que he leído, además es muy ameno y tiene muchos ejemplos. Con ese libro te darás cuenta de lo automatizadas que tenemos la mayoría de cosas que decimos y que hay que hacer un esfuerzo importante para cambiar la manera en la que hablamos.
De las mismas autoras está el libro «Padres liberados hijos liberados», que es parecido, igual incluso más ameno y práctico. Cualquiera de los dos es recomendable.
Un abrazo y feliz lectura.
«alta demanda»es una categoria, como cualquier otra: simpatico, hiperactivo, temeroso, colaborador…. el asunto, a mi entender, es el uso que le damos. Imaginate que estoy charlando con una amiga, y mi hija me pide que la cargue y digo «ay, perdona, pero es que Victoria ES de alta demanda»… es completamente diferente de simplemente coger en brazos o de comentar que hoy ESTA mas necesitada de contacto… Diferenciar SER de ESTAR, la magia del lenguaje que evita etiquetas y se centra en las personas…
Rosario estoy de acuerdo en lo que dices, el problema es que más a menudo de lo que nos damos cuenta decimos cosas como: «Mira que eres intenso», «todo el día estás pidiendo»…y es ahí cuando le estamos poniendo la etiqueta.
Si, es cierto, hay que tener cuidado. De mi hija, no digo a otros ni a ella que es de alta demanda, es ella y punto. Mis suegros son otra generación y sueltan cada cosa, ya le dije a mi suegra que mi hija no es desastre porque se le cae algo de las manos (aún es pequeña) y que no se lo vuelva a decir. Parece ser que así criaron a su hijo (mi marido) y les parece normal decir a los niños sinverguenzas, torpes, tontos, penas, etc.
Así que ando alerta … para que no le digan cosas a mi pequeña.
Pues Ana haces muy bien en estar alerta porque la gran mayoría de la gente habla sin pensar lo que dice y no se dan cuenta que las palabras pueden hacer mucho daño.
Y estoy de acuerdo en que no hay que decir a nadie ni siquiera a nuestros hijos que son de alta demanda, éste término debe valernos a nosotros para poder gestionar el día a día, para saber el porqué de ciertos comportamientos, pero nada más.