Si me sigues hace tiempo sabrás que éste ha sido nuestro primer curso escolar. Si has llegado hace poco te cuento nuestra historia.
Hasta el mes de septiembre eramos homeschoolers, es decir hacíamos escuela en casa con mis hijos de 7 y 3 años. No había encontrado ningún cole que me convenciera lo suficiente, que se ajustara mínimamente a mi idea de lo que un cole debe ofrecer a los niños: atención a sus necesidades, acompañamiento emocional y respeto a sus ritmos de aprendizaje.
Pero en el mes de septiembre conocimos un proyecto que estaba empezando en mi ciudad, fuimos a verlo y decidimos unirnos a ese grupo de familias que querían algo diferente para sus hijos. Y así casi de un día para otro nuestra vida dio un vuelco de 180º y toda nuestra rutina cambió: madrugones, horarios, viajes en coche y mi vuelta al trabajo, todo esto en apenas un par de meses.
La adaptación fue difícil para todos a nivel de rutinas, fue un cambio demasiado radical, pero compensaba con creces por lo que allí obteníamos.
Todo lo que siempre había buscado para mis hijos estaba allí, en ese proyecto que un grupo de familias había creado y en el que creímos y confiamos desde el principio. A nosotros también nos tocó trabajar, crear un cole de cero es un trabajo duro pero muy gratificante, y además contamos con un equipo pedagógico espectacular que ha sabido ganarse a los niños y crear un clima de confianza de manera que hemos pasado a ser una gran familia.
Los niños están felices y relajados y eso hace que su aprendizaje sea mayor porque aprenden desde el entusiasmo. Se fomenta mucho la autonomía y la independencia pero también la colaboración. Es fantástico ver cómo los niños se cuidan entre ellos y cómo los mayores ayudan a los pequeños.
Aún nos queda mucho trabajo por delante, pero sin duda merece la pena.
El balance es muy positivo y estoy convencida que este tipo de educación es la ideal para los niños de alta demanda y altas capacidades, ya que se atienden sus necesidades tanto emocionales como intelectuales.
Estamos felices pero agotados, ha sido un año verdaderamente intenso, y ahora que llega el verano quiero aprovechar todo el tiempo para estar con mis niños, para jugar, reír y disfrutar. Este curso han crecido muchísimo y este verano no quiero perderme nada de sus nuevos avances, así que me tomo unas vacaciones en el blog.
Necesito reposar un poco las neuronas, asentar conocimientos y renovar energías.
Estaré por las redes pero no al 100%, solo servicios mínimos 🙂
Este verano voy a disfrutar de mi familia y espero que tú también lo hagas.
Te deseo un feliz verano y una feliz crianza.
“Tropical Island Means Go On Leave And Kids” by Stuart Miles
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