Nueva sección el blog en la que vamos a conocer mejor a los grandes olvidados de las familias con bebés y niños de alta demanda: los papás. ¿Sabemos cómo se sienten ellos?
Con las siguientes preguntas estoy segura que descubriremos muchas cosas.
Hoy nos cuenta su historia Cándido.
1. ¿Cómo conociste el término alta demanda? Pues lo hice a través de tu libro, porque antes no había oído hablar de ello.
2. ¿Qué pensabas cuando veías que tu hij@ se comportaba de una manera diferente a los demás? ¿Lo entendías? La verdad es que lo primero que pensé es que estaba enfermo, que había algo que se nos escapaba a la madre y a mí (ambos somos enfermeros y entendemos de críos) y que debía verlo un pediatra. Cuando se observó por arriba y abajo, hasta con analíticas, comprendí que tenía otra cosa, aunque de entrada nos asustamos porque si físicamente no tenía nada, igual era un tema “mental”, es decir, una enfermedad rara de psiquiatría y eso nos agobió un poco….
3. ¿En algún momento te sentiste rechazado por tu hij@ o alejado del núcleo familiar?Con respecto al crío, rechazado no es la palabra porque él tenía muy pocos momentos en los que no estaba llorando o mal a gusto, pero también con la madre, ni siquiera en brazos o en la teta estaba bien, así que pensé que, simplemente, no dábamos con su problema y por eso él estaba mal. Con respecto al núcleo familiar, nos alejó bastante de nuestros amigos y la familia no ayudó en nada, sólo querían que diéramos suplementos de leche de fórmula y que lo dejáramos llorar en la cuna, que tenía “mucha tontería” en el cuerpo.
4. ¿Entendías y apoyabas a tu pareja o por el contrario creías que ella era la “culpable” del comportamiento de tu hij@? En eso tuvimos suerte los dos, porque estábamos de acuerdo en el tipo de crianza, con lo que nos apoyamos mutuamente, y no nos echamos ninguna culpa; sirvió para unirnos entre nosotros y “soportar” estoicamente las críticas ajenas.
5. ¿Compartías con tu pareja algún momento de la crianza? Sí, todo lo que podía, cuando no trabajaba intentaba llevarme al niño para que ella pudiera descansar un poco, aunque nunca llegaba a las dos horas, al menos ella echaba un poco de siesta, ya que las noches eran agotadoras para ella y yo necesitaba dormir para rendir en el trabajo.
6. ¿Estabais de acuerdo en lo que teníais que hacer? Sí, digamos también que sobrevivíamos, por ponerte un ejemplo, nosotros en principio no habíamos pensado en colechar, pero vimos que era la única forma de poder dormir algo, así que lo hicimos; las tareas del hogar las hacía yo, ya que cuando yo trabajaba (12 horas seguidas) ella no podía ni ir al baño ni casi comer.
7. ¿Crees que tener un hijo de alta demanda ha cambiado tu relación de pareja? Sí, y además para bien. Nosotros conseguimos un equilibrio difícil de conseguir en una pareja, ya que esto es una indudable “prueba de fuego”, pero yo la vi tan vulnerable que me di cuenta de lo fuerte que puede llegar a ser una madre. No creo que yo hubiese aguantado tanto.
8. ¿Cómo es ahora la relación con tu hij@? Ahora es mucho mejor, desde que va al cole, las cosas han cambiado, ahora se puede razonar con él más o menos, intentamos pactar las cosas, las rabietas ya son mucho menores y acepta con mayor o menor resignación las cosas.
9. ¿Hay alguna cosa que te gustaría que fuese diferente en tu hij@? Me gustaría, a veces, que fuera más “niño”, y me explico: no le suelen gustar las cosas del niños, no se disfraza, no va al cine, no le gustan las aglomeraciones, los carruseles están vetados….En fin que me gustaría poder disfrutar más como padre de “tener un niño”, aunque cada vez hemos ido aceptando que él es especial y que, a su manera, es encantador
10. ¿Qué crees que aportas tú a la unidad familiar? Pienso que ahora aporto estabilidad y además del plano económico intento ser un buen marido y un buen padre.
Comentarios recientes