El otro día en el parque tuve una conversación con una abuela. Esta señora se ocupa de recoger a sus tres nietas del cole y estar con ellas hasta que sus padres vienen.
Lleva ya varios años haciéndolo y está cansada. Las niñas están en un momento rebelde y la señora aunque las quiere mucho no puede con ellas. No la obedecen, se ensucian, se mojan (en mi ciudad no hace calor precisamente), no hacen ningún caso de su abuela.
Ella además se queja de que los padres de las niñas llegan a casa cansados y las dejan hacer todo lo que quieren y no las hacen demasiado caso.
Todo esto me lo contaba porque mi niña en la calle es modélica y me decía que qué bien educada está.
En casa es muy movida y habla sin parar, pero en la calle se transforma y se convierte en un pequeño científico, atenta a todo lo que oye y a todo lo que ve, analizando cada pequeño detalle y reteniéndolo en su cabecita para cuando nos quedamos solas acosarme literalmente a preguntas de todo lo que ha observado.
Eso lo sé yo , que la conozco. El resto del mundo solo ven a una niña tranquila y me dicen que qué suerte tengo.
Y yo sé que tengo suerte porque mi niña es maravillosa y tiene unas cualidades muy buenas, pero creo que el hecho de pasar tiempo con ella, escucharla, atender a sus necesidades, respetar su tiempo, no obligarla a nada, explicarle las cosas, etc, también influye.
Con esto no quiero decir que mi hija sea obediente, me haga caso en todo y no se manche, para nada, pero sí la veo más centrada, más educada, más respetuosa, y yo creo que eso tiene que ver con que nosotros también la tratamos con respeto.
Yo creo que es muy importante que aunque estemos cansados encontremos tiempo para dedicárselo a nuestro hijos. Ellos necesitan saber que estamos ahí, que les queremos y les apoyamos. Eso les da seguridad para crecer con una buena autoestima.
Esto es especialmente importante si tu hijo es de alta demanda, ya que estos niños necesitan mucha más atención. Para ellos es una necesidad vital y satisfacer esa necesidad les ayudará a desarrollarse de una manera más armónica.
Si no nos ocupamos nosotros de nuestros hijos ¿quién lo va a hacer? Ellos nos necesitan.
Muy buen articulo… mi hija hay dias que se comporta muy bien frente a otras personas, (la mayor parte del tiempo), y tambien recibo buenas criticas de la gente, pero hay algunas veces como este fin de semana que estuvo muy sensible, parecia no estar a gusto, llorona, gritona, haciendo berrinches por todo, aun mas demandante que de costumbre, aparte que ya llevaba muchos dias durmiendo la noche entera, pero desde el viernes ha vuelto a despertarse de 4 a 5 veces cada noche pidiendo que la cargue… Hoy he regresado al trabajo muy cansada, estresada, con una sensacion muy fea de pensar que quizas mi hija no disfruto de nuestro fin de semana juntas, y leer este articulo, me ha dado mas trsiteza aun por que pienso que al vivir un fin de semana tan lleno de gritos y llantos, me vuelvo una neurotica, sin paciencia hacia mi hija y me arrepiento!… No aguanto por llegar a casa y tomarla en mis brazos y decirle que todo esta bien, que mamá esta ahi para que ella puedar ser ella misma… si puedes darme consejos para tener mas paciencia, te estare muy agradecida…
Gloria es normal que si la nena ha estado así tú hayas perdido la paciencia en algún momento, no podemos estar siempre bien, también somos personas.
Consejos para tener más paciencia pues yo te diría que descansar es fundamental, cuando estamos cansados lo vemos todo mucho más negro y perdemos la paciencia con más facilidad. También es bueno relativizar, pensar que lo que está pasando no es tan importante, y que pronto pasará. Y contar hasta 10, 100…hasta que te vuelva la paciencia, jeje.
Un abrazo a las dos.
Mónica, es como si viviésemos vidas paralelas en este sentido. Si hubiese tenido que escribir un post sobre este tema, hubiese dicho exactamente lo mismo salvo lo de la conversación con la abuela. Hasta una niña de unos 6 años me dijo el otro día: «es muy educada», refiriéndose a mi hija. Y de hecho, cuando fuera de casa la ve alguien, si yo comento en algún momento que a veces resulta duro y cansado criarla, me miran como pensando»¡pero si es una niña modélica!», incluso a veces hasta me lo dicen. Sin embargo, no saben que aunque esté muerta de cansancio y dé cabezadas de sueño, baila y salta en la cama retorciendo el cuerpo sin parar, cantando y dando grititos mientras le pongo el pijama ya en el último de los ultimátum y de las prórrogas de los ultimátums para irse a la cama porque jamás quiere ir a dormir, le digas lo que le digas y hagas lo que hagas, entre otros mil ejemplos que podría poner.
Sí, yo cada vez que hago algún comentario sobre lo movida que es o sobre lo mucho que habla, me miran como si estuviera loca, y siempre me arrepiento de haber abierto la boca.