Los niños necesitan tranquilidad, seguridad y un entorno donde se respeten sus necesidades a la par que se potencian sus capacidades para desarrollarse de una manera sana y adecuada. Los niños deben sentirse acompañados pero libres para generar su propio aprendizaje.
Todo esto nos lleva a comprender lo importante que son las emociones en el proceso de aprendizaje.
En el caso de los niños de Alta Demanda, cuyas emociones, por lo general, son más intensas, necesitan aún más de ese acompañamiento que les garantice respeto y les proporcione seguridad.
Cuando ofrecemos a nuestros niños los estímulos que necesitan para saciar su curiosidad florecen todas sus capacidades y ellos se sienten más seguros, más capaces, más centrados y también más tranquilos porque están cubriendo una necesidad fundamental para ellos.
Si en lugar de eso los niños están sometidos a estrés, presionados, aburridos o frustrados, el aprendizaje cae en picado, el cerebro del niño se bloquea y no le llega la información. Esta circunstancia puede conducir al niño a desarrollar una actitud apática y a rechazar todo lo que tenga que ver con el aprendizaje o bien puede reaccionar de manera agresiva al no sentir atendidas sus necesidades.
Esto es algo que les pasa muy a menudo a los niños de Alta Demanda cuando no reciben los estímulos adecuados o suficientes y por eso nos piden insistentemente atención, jugar, cambiar continuamente de actividad…..También es un problema que podemos observar en muchos niños de Altas Capacidades (que en muchos casos van de la mano de la Alta Demanda). En este caso el problema puede aparecer en el cole cuando el sistema de aprendizaje es estandarizado y pretende que todos los niños aprendan al mismo tiempo y las mismas cosas, sin fijarse en el ritmo particular de cada niño y sus intereses.
En el cole de mis hijos se busca por todos los medios que el aprendizaje sea emocionante y que los niños se sientan cómodos, seguros y respetados.
Se aprenden los conceptos académicos de una manera atractiva que les hace entusiasmarse con el aprendizaje y de esa forma lo que aprenden, lo recuerdan para siempre.
En el cole de mis hijos se aprende haciendo, porque la práctica les enseña mil veces más que toda la teoría del mundo y adquieren las responsabilidades que les hacen conscientes del valor de sus actos.
Además los niños pueden moverse en libertad en un espacio amplio y natural que les permite inventar mil historias que mantienen viva su fantasía, y estimula su imaginación.
En el cole de mis hijos el aprendizaje es emocionante cada día y eso hace que los niños sean felices mientras aprenden a vivir y a conocerse a sí mismos.
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