Hoy os quiero contar una herramienta muy interesante que utilizamos habitualmente en nuestra casa y que nos funciona muy bien: Las reuniones familiares. El otro día las mencioné en este post y quería explicarte con más detalle cómo lo hacemos.
Tenemos un día asignado para realizar las reuniones, en nuestro caso es el sábado por la mañana después del desayuno cuando ya estamos bien despiertos y no tenemos prisa por ir a ningún sitio.
Nos juntamos todos los miembros de la familia: pequeños y mayores y hablamos de cómo nos sentimos, de lo que esa semana hemos echado en falta, de cómo vamos a organizar el día y la semana siguiente, de lo que más nos ha gustado, de lo que no nos ha gustado nada, de los conflictos generados a lo largo de la semana, de cómo los hemos resuelto, de cómo podemos abordarlos la próxima vez, de todo lo que nos preocupa y de todo lo que se nos ocurra.
Las ideas de todos son bienvenidas y la única norma es el respeto. Todos nos escuchamos y ninguna propuesta es buena o mala, todas son aceptadas.
Una buena idea es apuntar todo lo que hablamos. En mi casa de esa función se encarga mi hija. Cuando no sabía escribir hacía un dibujo que representaba lo que estábamos hablando en ese momento, ahora es un perfecto momento para practicar la escritura casi sin darse cuenta (aprendizaje vivencial).
Para que funcionen bien estas reuniones es importante hacerlas de manera regular (por ejemplo una vez a la semana) y establecerse objetivos claros y concretos. Es mucho más fácil de llevar a cabo una acción concreta que una muy general. Por ejemplo: «voy a jugar con los niños el miércoles por la tarde a juegos de mesa»es más fácil de realizar que si el objetivo es: «jugar más con los niños esta semana» Esto último está muy bien, pero es probable que pase desapercibido entre la montaña de cosas por hacer cada día y que cuando pase la semana te des cuenta que no has encontrado ni un momento para jugar con tus hijos.
Cuando los niños aún son pequeños y no pueden opinar también son interesantes hacer estas reuniones para ver qué acciones podemos implementar para mejorar la vida familiar teniendo en cuenta los gustos y necesidades del pequeño ( y también las de toda la familia) Para ello viene muy bien combinar las reuniones familiares con el tablero de necesidades, de forma que tengamos una visión global de toda la familia.
En nuestro caso realizar estas reuniones nos dan un punto de vista más amplio de la vida familiar y nos son de mucha utilidad para establecer los cambios necesarios. Así que te recomiendo realizarlas, anotar los resultados y comentar qué tal os ha ido 🙂 A nuestros inquietos niños les viene muy bien involucrarse en mejorar los aspectos de la convivencia diaria.
Comentarios recientes